Terrazas de hostelería, ¿es buena la unificación?

Las terrazas en los locales de hostelería han crecido exponencialmente en los últimos tiempos. Si ya estaban de moda, la pandemia ha contribuido a que sean los espacios más deseados incluso cuando se puede entrar en el interior porque se perciben como lugares seguros y en los que poder estar disfrutando del ocio sin riesgos.

Pero la proliferación de terrazas de los últimos años ha hecho que, en muchos casos, haya comenzado a imperar un todo vale en lo que se refiere a mesas terraza hosteleria. Nos encontramos así con terrazas con mesas y sillas en colores fuertes que son un verdadero atentado para el paisaje en el que están colocadas o con un exceso de plástico de mala calidad que hace que todo se vea muy cutre y poco atractivo.

Algunos ayuntamientos ya han comenzado a tomar cartas en el asunto y han impuesto normativas para estos locales tanto en lo que se refiere al tamaño y ubicación de las terrazas como a su mobiliario. Se obliga, por ejemplo, a que en zonas en las que las aceras son estrechas y a fin de garantizar la movilidad de los peatones, las terrazas se sitúen en zona de aparcamiento que tiene que ser reservada. Estas terrazas tendrán tamaños y formas establecidos previamente.

En los lugares de grandes aceras en los que siempre han existido las terrazas, se ha optado en estos casos por la uniformidad en el mobiliario obligando a todos los locales a tener un modelo de mesas y sillas concreto. Esto sucede, sobre todo, en lugares como paseos marítimos o parques en los que estas terrazas deben de quedar lo más integradas posible en el paisaje.

Pero la uniformidad puede traer también problemas ya que al ser todas las terrazas iguales y al estar, en muchos casos, una a continuación de la otra, es complicado tanto para los clientes identificar cuál es el establecimiento en el que están como para los camareros saber cuáles son sus mesas, especialmente cuando los clientes juntan varias y las mueven de su posición original.

Para evitar esto, lo que están haciendo algunos ayuntamientos es aprobar dos tonos para las mesas, sillas y parasoles, que se van alternando. Esto no solo resulta mucho menos confuso, sino que además la estética del lugar gana ya que las terrazas se ven mucho más atractivas y bonitas de esta forma.