2020 será recordado entre otras muchas cosas como el año en el que el teletrabajo se impuso en España como la única opción en diversas profesiones. Desde luego, muchos oficios no se pueden hacer en remoto, pero también es cierto que el nivel de retraso de España en cuestiones relacionadas con el teletrabajo era enorme en comparación con otros países. En mi caso, yo también empecé a teletrabajar en 2020 y la experiencia, en líneas generales fue buena.
Y como ya estamos un poco cansados de lo negativo, solo me voy a referir a los aspectos positivos del teletrabajo, al menos a mi juicio. Por ejemplo, con el temporal que tuvimos en enero en España, yo tuve que estar fuera de mi casa habitual durante días. Quedamos ‘varados’ casa de los padres de mi mujer. En situación normal, yo no habría podido trabajar o, lo que es peor, habría tenido que intentar volver a casa con el riesgo que suponía conducir por carreteras nevadas o heladas. Pero gracias a que el teletrabajo ya estaba integrado en mi empresa desde el primer confinamiento, pude trabajar desde la casa de los padres de mi mujer.
Y yo ya le he cogido el gusto a organizar mi oficina en cualquier parte. No se puede decir que esta casa sea muy parecido a una oficina, pero yo intenté buscar un rincón lo más relajado posible, dentro de lo relajado que se puede estar en una casa con 7 personas incluyendo un par de niños. Un rinconcito de la cocina detrás de unos screen estores enrollables fue el sitio elegido. Lógicamente no es un sitio muy bueno si se está cocinando, pero otra de las cosas buenas del teletrabajo es que, en muchos casos, el horario es flexible.
Tanto me gustó este rincón de la cocina con sus screen estores enrollables que pensé en comprar unos parecidos para mi casa. Porque tal como están las cosas parece que 2021 también va a ser un buen año para el teletrabajo. Y es que no hay mal que por bien no venga.