Cómo presentar tus proyectos a los clientes

Al presentar un proyecto a un cliente hay que tener muy en cuenta la imagen que proyectas. Por eso, todo tiene que estar muy cuidado. En muchos casos, el proyecto se presenta exclusivamente vía digital, pero esto no quiere decir que no haya que cuidar también los detalles. En otros, se presentan en papel o de manera combinada.

La mejor manera de entregar el proyecto es en carpetas publicitarias personalizadas. Le darán un aire muy profesional. Estas carpetas pueden tener un bolsillo especial para poder colocar un pendrive. Si el pendrive mantiene la estética de la empresa y de la cartera, todavía quedará más bonito e impactante.

En el caso de las presentaciones en papel, escoge hojas tamaño A4, ya que son las que normalmente se utilizan y caben en cualquier dossier en el cual el cliente quiera colocarlas. Pero cuida que el gramaje del papel sea apropiado. Un folio demasiado fino no dará una buena impresión y hará que tu trabajo parezca cutre, aunque sea de gran calidad.

Los folios deben de estar personalizados con la imagen de la empresa, esto le dará a tu trabajo un toque de clase superior. Escoge con cuidado el tipo de letra, no te centres en una muy rebuscada y que sea difícil de leer, pero tampoco en los estándares más usuales. Es importante que siempre utilices el mismo tipo de letra, tanto en las presentaciones escritas como en mails, ya que esta formará parte de la imagen corporativa de tu empresa.

En lo posible, evita las grapas. No sólo son incómodas, sino que si se quitan dejan el papel dañado. Siempre es mejor recurrir a carpetas con pinza que permitan sujetar las hojas sin marcarlas y a la vez pasarlas de una en una para poder leer cómodamente la presentación sin que se desordenen. Además, las grapas tienden a oxidarse en poco tiempo, manchando las hojas y dándoles un mal aspecto.

Se concisa en la presentación, no se trata de entregar muchas hojas, sino de que estas tengan contenido y toda la información necesaria. Evita pues los folios en blanco o las hojas que son solo puro adorno. Con una bonita portada será suficiente. Eso sí, deja espacio entre renglones para facilitar la lectura y añade las imágenes y los esquemas que consideres necesario para que todo quede más visual y fácil de entender.